lunes, 20 de mayo de 2013
domingo, 12 de mayo de 2013
miércoles, 8 de mayo de 2013
Arte urbano en las calles de Malasaña
El mítico barrio de Malasaña,
como una vez dijo la dueña del Café Estar, lleva de moda más de 30 años. Son cientas las personas que lo
recorren de forma diaria y nos atreveríamos a decir que también son cientas las
personas que se sorprenden con la decoración de sus calles.
Las flores asomadas en los
balcones, el espíritu bohemio de los vecinos y la música de las tiendas se
amoldan al cambiante arte urbano del barrio. No es raro encontrar nuevas
pintadas como graffitis en murales o mensajes reivindicativos plasmados en las
paredes. Aunque también los comerciantes utilizan este arte callejero de
pintura y pegatina para atraer a los clientes y decorar su establecimiento.
Uno de los grandes atractivos en
relación a la decoración del barrio es la Joven caminando. Esta estatua, que representa
a una estudiante con carpeta y mochila al hombro, es la referencia habitual
para encontrar la plaza San Ildefonso.
Pero si queremos ver color, lo mejor es
acercarse hasta la plaza Juan Pujol o, como muchos la conocen, “la plaza del
Madroño”. Esta plaza es punto de reunión: por la mañana las terrazas están
llenas de vecinos que acuden a desayunar con periódico en mano, por la tarde muchos van a cenar a la terraza de la pizzería y por la noche cientos de jóvenes la abarrotan con intención de visitar las zonas de marcha.
Por la mañana los graffitis iluminan
la plaza.
Como antes decíamos, muchos
comercios utilizan el arte callejero para publicitar sus locales. Entre ellos
encontramos La Gata Flora, un restaurante situado en la calle San Vicente
Ferrer, 33.
Aunque no te suene el
restaurante, seguro que te suena este gato:
Totalmente mimetizados con la
zona, en cuanto a la decoración y el espíritu
del barrio, aparecen La Granja Flor de Mayo, actual Casita Azul y Espíritu 23.
La Granja Flor de Mayo se sitúa
en la calle Dos de Mayo nº 3 y nace como punto de encuentro para los vecinos y
“homenaje a la Madre Naturaleza y sus ancestros”.
Espíritu 23 es una sala multiuso
definida como sala de espacio de trabajo, creación y cambio. La sala
ofrece a los vecinos el espacio para facilitar y dar vida a sus ideas. Los murales fueron decorados por Ricardo Cavolo.
Las paredes del barrio de
Malasaña tienen tanta vida como sus cohabitantes.
Si nos fijamos bien, no sería extraño encontrarnos con las
figuras desnudas de Borondo por las calles, unas mujeres sin rostro aparecen
en fachadas despejadas del barrio, o con las obras del colectivo de arte urbano Yipi Yipi Yeah.
Por el barrio también encontramos
muchos más mensajes que a golpe de pegatina o spray quedan a los ojos de los
viandantes. Algunos, simple ornamento y otros, puros actos de concienciación
que aparecen para abrir los ojos de los vecinos del barrio, madrileños de
visita o turistas que pasean en el que, quizá, sea el barrio más inspirador de
Madrid.
martes, 7 de mayo de 2013
Vuestro espacio
En "Sucedió en Malasaña" tenemos en cuenta lo más importante: vosotros, nuestros lectores. Por eso, no podíamos poner este blog en marcha sin antes saber vuestras opiniones.
lunes, 29 de abril de 2013
domingo, 14 de abril de 2013
¿Por qué Malasaña?
Si has decidido entrar en este blog algún motivo tendrás ¿no? Puede
que te encante el barrio madrileño de Malasaña, porque tal vez seas uno de esos
modernos (con gafas de pasta y estilo bohemio) o puede que seas un turista en
tu propia ciudad y vengas buscando información sobre sitios nuevos, o quizás
hayas caído sin más, en nuestras manos y esperes salir encantado de aquí.
En Sucedió en Malasaña no se nos escapará ni el más mínimo
detalle de este barrio. Te
mostraremos la cara oculta de cada una de las calles que lo recorren. Artistas callejeros, bares
históricos, lugares donde relajarte o salir de fiesta. Nosotros seremos esa
ventana que te permitirá conocerlo desde un punto de vista diferente y siempre
ofreciéndote las anécdotas más curiosas de esos lugares.
¡TODO PUEDE SER EN MALASAÑA!
sábado, 23 de febrero de 2013
Manuela Malasaña
Manuela
Malasaña Oñoro es heroína y leyenda del barrio y la calle madrileña que ahora
tienen su nombre. Fue una de las víctimas del Levantamiento contra las tropas
napoleónicas el 2 de mayo de 1808.
Manuela
Malasaña Oñoro era la hija de un panadero francés, de nombre Jean Malesange y
de su esposa Marcela Oñoro. Tenía la profesión de bordadora y vivía con su
familia en la calle de San Andrés, número 18. Tenía tan solo 15 años cuando
murió. Son dos las versiones aceptadas sobre su muerte.
La primera de
ellas fue defendida por Fernández de los Ríos, el cual afirmó que la joven se
incorporó a la defensa del Parque de Artillería de Monteleón desde el balcón de
su casa a las órdenes de los oficiales Luis Daoíz y Pedro Velarde. Su madre y
ella estaban suministrando municiones y pólvora a su padre, que luchaba contra
el ejército enemigo, cuando una bala la alcanzó. Cuenta la leyenda que su padre
siguió luchando con el cadáver de su hija en brazos.
La otra
versión sitúa a Manuela Malasaña en el taller donde trabajaba como bordadora.
La dueña del mismo no dejaba salir a las jóvenes hasta que cesaran los
disparos. Cuando Manuela salió del taller unos soldados franceses la abordaron
queriendo abusar de ella y ella trató de defenderse con las tijeras que
llevaba. Otros cuentan que los soldados la registraron y al encontrar las
tijeras la acusaron de poseer un “arma de guerra” y la mandaron ejecutar.
Malasaña fue
enterrada en el Hospital de la Buena Dicha, en la calle de Silva, fundado en
1594, que acogía a la gente pobre.
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